1) El proceso moderno de producción de alimentos ha mermado su calidad. La agricultura moderna y la ganadería intensiva han hecho que los alimentos ya no tengan tantas vitaminas y minerales como antaño. Sin embargo, tienen el mismo número de calorías.
Estamos tomando por lo tanto alimentos que "no alimentan tanto como antes". Necesitamos comer más que nuestros abuelos para obtener la misma cantidad de nutrientes. Los suelos cada vez están más empobrecidos y las plantas producen frutos y hojas con menos vitaminas y minerales.
Los animales son alimentados con piensos y grano en vez de con pasto, y esto hace que su carne sea deficitaria en algunas vitaminas.
2) La CDR (cantidad diaria recomendada) no es la cantidad ideal. Se trata solamente de la cantidad necesaria para no caer enfermo a corto plazo. Para optimizar la salud y alcanzar tu máximo potencial, combatir el estrés y el ritmo de vida actual, las cantidades necesarias son bastante mayores que la CDR.
3) Algunos micronutrientes son aún más beneficiosos si se toman en mayor cantidad. Es el caso de la vitamina C. Somos de los pocos animales que no tenemos la capacidad de producirla por nosotros mismos y es una vitamina que juega un papel crucial en el funcionamiento del sistema inmunológico.
Perdimos la capacidad de sintetizarla en un entorno en el que no era un problema, ya que las frutas y verduras ancestrales tenían una cantidad mucho mayor que las especies actuales. No era una desventaja, por lo menos hace miles de años. Hoy en día se sabe que bajo condiciones de estrés, los mamíferos y el hombre consumen parte de sus reservas de vitamina C. Pero los animales tienen una ventaja sobre los humanos, ellos compensan las pérdidas auto produciendo nuevamente vitamina C en sus organismos. Nosotros no.
Se ha comprobado que una cabra con estrés es capaz de producir hasta 15.000 mg de vitamina C. ¿Y de verdad nos recomiendan tomar al día 75mg?
Nosotros y la mayoría de médicos y nutricionistas actualizados, no le vemos ningún sentido. Y la ciencia nos da la razón.
