Grasas Buenas vs Malas: Desmontando el mito de que todas engordan.

Grasas Buenas vs Malas: Desmontando el mito de que todas engordan.

por Baia Food en Jul 28, 2016

Tabla de contenidos

Muchos se preguntan: ¿las grasas son buenas o son malas? ¿todas engordan? ¿hay que desterrarlas de la dieta? Y es que las grasas (también conocidas como lípidos) son un macronutriente que provoca sospechas y miedos en todos aquellos que quieren cuidar su línea.

Pero, ¿a caso son estas sospechas bien fundadas? ¡Nada más lejos de la realidad! Eso sí, tenemos que distinguir entre grasas “buenas” y grasas “malas”. 

 

GRASAS MALAS

Son aquellas que encontramos en forma trans o hidrogenada. La bollería industrial, los productos precocinados, la comida rápida, las patatas fritas y los aceites vegetales refinados son una fuente de grasas trans  que debemos evitar a toda costa por sus efectos dañinos en nuestro organismo y su efecto “michelín”. 

Grasas Malas

 

GRASAS BUENAS

Entre las comúnmente llamadas grasas buenas o grasas no saturadas, encontramos las grasas monoinsaturadas y las poliinsaturadas.

A su vez, dentro de las grasas poliinsaturadas, podemos distinguir dos tipos: los ácidos grasos omega 3 y los omega 6. Nuestro cuerpo no puede fabricarlos por sí mismo, por lo que es esencial que se los aportemos a través de la dieta. 

Grasas Buenas 

ALGUNOS CONSEJOS

  • Reduzcamos los hábitos que empeoran nuestro perfil lipídico: fumar, llevar un estilo de vida sedentario, consumir de bebidas alcohólicas (exceptuando el vino tinto y con moderación), caer en el sobrepeso (los triglicéridos asociados a ello descompensan los niveles de HDL), llevar una dieta inadecuada carente de antioxidantes y rica en grasas "malas".
  • Adoptemos hábitos que aumenten la producción de HDL:  aquí la dieta juega un papel fundamental.  Debemos consumir alimentos ricos en ácidos grasos omega 3 y omega 6: aceite de oliva virgen extra, pescado azul, aguacate, semillas de cáñamo, semillas de chía, lino, girasol, calabaza y frutos secos como las nueces y almendras. Hay que destacar que siempre conviene consumir los frutos secos y las semillas crudas o ligeramente tostadas, sin freír y sin sal. Suelen utilizarse grasas trans para freírlos, descompensando así sus todos sus efectos beneficiosos. 
  • Incluir antioxidantes en tu dieta: no nos olvidemos del papel de los antioxidantes. Evitan la oxidación de las grasas y su depósito en las arterias. Los alimentos ricos en vitamina C, E, beta carotenos y licopeno son esenciales para ello. El AÇAI ORGÁNICO, el té de MATCHA ORGÁNICO, zanahorias, verduras de hoja verde y frutos rojos entre otros, tienen esas características.

En resumen, una alimentación saludable requiere el consumo de grasas buenas. Son fuente de energía, proporcionan elementos fundamentales para la producción de hormonas y las membranas celulares, y actúan como portadoras de vitaminas y enzimas (ah y no engordan ;). 

Si quieres cuidarte, ten esto en mente y no dudes en echarle un puñado de semillas, frutos secos, aguacate y demás alimentos mencionados a tus platos. ¡Tu salud te lo agradecerá!

Alicia Lamothe (Health Coach)