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¿Qué es la microbiota intestinal?
La microbiota intestinal es un "órgano" metabólicamente activo ubicado en nuestro intestino. Esto es, el conjunto de microorganismos (bacterias, virus, hongos) que lo habitan y que cumplen funciones esenciales para el equilibrio de todo nuestro organismo.
Desde el sistema digestivo hasta el inmunitario, pasando por el sistema nervioso y endocrino, la microbiota desempeña un papel fundamental en la homeostasis corporal, es decir, en el equilibrio necesario para que los sistemas del cuerpo funcionen correctamente.
La conexión cuerpo-mente-microbiota: un enfoque integrativo.
Comprender la microbiota intestinal no sólo como parte del aparato digestivo, sino como un órgano funcional en sí mismo, nos permite abordar la salud de forma integrativa.
A través del llamado eje intestino-cerebro, esta comunidad de microorganismos influye en la comunicación entre el sistema nervioso central y el sistema digestivo. Además, regula funciones clave del sistema inmunitario y del metabolismo, lo que subraya su impacto profundo en nuestra salud general.
Impacto de la microbiota en el organismo
Eje intestino-cerebro.
La microbiota intestinal participa en la síntesis de neurotransmisores esenciales como la serotonina y la dopamina, que son claves en la regulación del estado de ánimo y el bienestar emocional.
Alrededor del 80% de la serotonina, el neurotransmisor conocido como la "hormona de la felicidad", se produce en el intestino.
Una microbiota saludable apoya esta producción y, por tanto, contribuye a que vivamos más felices.
Por otro lado, diversos estudios recientes han vinculado los desequilibrios de la microbiota intestinal con trastornos como la ansiedad y la depresión.
En definitiva: un adecuado balance microbiano podría no solo beneficiar la digestión, sino también la salud mental.
Sistema inmune.
El 70% de las células inmunitarias del cuerpo se encuentran en el intestino.
Y la microbiota actúa como una barrera defensiva que ayuda a protegernos contra patógenos. Esta barrera tiene el papel de reconocer y neutralizar sustancias potencialmente peligrosas y de modular las respuestas inflamatorias del organismo.
Una microbiota equilibrada contribuye a prevenir respuestas inflamatorias descontroladas, que son características de muchas enfermedades autoinmunes.
Metabolismo y control de peso.
La microbiota también influye en el metabolismo y en la eficiencia de absorción de nutrientes. Algunas bacterias intestinales están involucradas en la metabolización de ácidos grasos y carbohidratos y pueden afectar la forma en que el organismo almacena grasa.
Las alteraciones en el equilibrio de la microbiota han sido relacionadas con un mayor riesgo de obesidad y con patologías metabólicas, como la resistencia a la insulina y el síndrome metabólico.
Factores que dañan la microbiota y cómo evitarlos
Alimentación inadecuada.
Las dietas ricas en ultraprocesados, azúcares y grasas trans son una de las principales causas de disbiosis, un desequilibrio en la microbiota que reduce la diversidad microbiana.
Para favorecer la salud intestinal, es esencial llevar una dieta rica en fibra y baja en azúcares, basada en alimentos frescos y naturales.
Este enfoque es uno de los pilares de la medicina y nutrición funcional y psiconeuroinmunoendocrinología (PNIE) , modelos de salud integrativa que abordan el bienestar desde una visión global.
Estrés crónico.
El estrés crónico eleva los niveles de cortisol, una hormona que afecta a la mucosa intestinal y contribuye a la disbiosis.
Para reducir este impacto, se recomienda practicar técnicas de gestión del estrés, como la respiración consciente, el yoga y el mindfulness, las cuales no solo favorecen el equilibrio emocional, sino que también pueden mejorar la salud intestinal.
Uso de antibióticos y otros fármacos.
El uso indiscriminado de antibióticos puede eliminar tanto bacterias patógenas como bacterias beneficiosas en el intestino, reduciendo su biodiversidad.
Para proteger la microbiota, es importante evitar el uso de antibióticos cuando no son necesarios y optar por tratamientos menos dañinos, siempre que sea posible, y bajo supervisión profesional.
Consejos para mejorar la microbiota intestinal de forma natural
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Dieta rica en prebióticos y probióticos
Incorporar alimentos ricos en prebióticos (como espárragos, plátanos, ajo y cebolla) y probióticos (kéfir, chucrut, y yogur de coco) puede ayudar a mantener una microbiota diversa y saludable.
También los alimentos fermentados promueven el crecimiento de bacterias beneficiosas y apoyan el equilibrio microbiano.
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Diversificar la dieta
Una dieta variada es clave para fortalecer nuestra microbiota.
Nuestro consejo: consumir la mayor variedad posible de frutas, verduras y granos integrales, fundamentales para alimentar a los diferentes tipos de bacterias de nuestro intestino.
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Control de la inflamación
Añadir a la dieta suplementos naturales antiinflamatorios, como la cúrcuma y el omega-3, también puede beneficiar la microbiota.
Además, un suplemento como el Microbiotic Creamer, añadido a la rutina diaria, puede proporcionar fibras prebióticas que favorecen una microbiota equilibrada.
Atención que, en algunos casos de disbiosis, estas fibras pueden causar gases e hinchazón. Si esto ocurre, es posible que el intestino esté desequilibrado y necesite ser tratado, en lugar de atribuir la molestia al suplemento en sí.
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Ejercicio físico regular
La actividad física moderada beneficia la composición de la microbiota intestinal y contribuye a reducir el estrés. Esto, a su vez, ayuda a regular el eje intestino-cerebro, promoviendo una relación armónica entre mente y cuerpo.
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Sueño y descanso
Un descanso adecuado es esencial para la regeneración celular y el mantenimiento de la microbiota.
La falta de sueño puede perjudicar la diversidad bacteriana y afectar negativamente al sistema inmunológico.
En conclusión…
La microbiota intestinal es un «órgano» esencial para el mantenimiento de nuestra salud a nivel digestivo pero también inmunológico y emocional.
Su equilibrio afecta a múltiples sistemas, desde el digestivo hasta el nervioso, inmune y endocrino.
Al incorporar sencillos cambios en nuestra rutina, como una alimentación rica en prebióticos y probióticos, reducir el estrés, y llevar un estilo de vida saludable, podemos mejorar considerablemente nuestra microbiota y, con ello, nuestro bienestar general.
Y para un cuidado extra de la salud de nuestra microbiota, tan importante en nuestro bienestar general, nuestro consejo es claro: añadir Microbiotic Creamer a nuestra rutina diaria de cuidado intestinal.