Básicamente hay tres visiones sobre la suplementación alimenticia.

Están los que piensan que no deberíamos tomar ningún suplemento ya que una dieta sana y completa debería proporcionarnos todos los nutrientes que necesitamos.

Por otro lado, están los que piensan que la suplementación es capaz de resolver la mayoría de los problemas.

Y por último, están los que pensamos que para mejorar nuestra salud y aumentar nuestra longevidad necesitamos ambas cosas, alimentos ricos en nutrientes y suplementos que nos ayuden a evitar los déficits de vitaminas, minerales que podamos tener por diversos motivos, y a optimizar nuestra salud.

Esto cobra especial importancia si hablamos del sistema inmune. Aunque comamos una dieta sana y variada, el estilo de vida moderno y el estrés (que todos en mayor o menor medida padecemos) suponen un reto para nuestro sistema inmunitario.

La buena noticia es que la ciencia cada vez sabe más sobre lo que podemos hacer para ayudar a nuestro sistema inmunológico a estar fuerte y en forma.

1) El proceso moderno de producción de alimentos ha mermado su calidad. La agricultura moderna y la ganadería intensiva han hecho que los alimentos ya no tengan tantas vitaminas y minerales como antaño. Sin embargo, tienen el mismo número de calorías.

Estamos tomando por lo tanto alimentos que "no alimentan tanto como antes". Necesitamos comer más que nuestros abuelos para obtener la misma cantidad de nutrientes. Los suelos cada vez están más empobrecidos y las plantas producen frutos y hojas con menos vitaminas y minerales.

Los animales son alimentados con piensos y grano en vez de con pasto, y esto hace que su carne sea deficitaria en algunas vitaminas.

2) La CDR (cantidad diaria recomendada) no es la cantidad ideal. Se trata solamente de la cantidad necesaria para no tener ninguna enfermedad carencial a corto plazo. Para optimizar la salud y alcanzar tu máximo potencial, combatir el estrés y el ritmo de vida actual, las cantidades necesarias son bastante mayores que la CDR.

3) Algunos micronutrientes son aún más beneficiosos si se toman en mayor cantidad. Es el caso de la vitamina C. Somos de los pocos animales que no tenemos la capacidad de producirla por nosotros mismos y es una vitamina que juega un papel crucial en el funcionamiento del sistema inmunológico.

Perdimos la capacidad de sintetizarla en un entorno en el que no era un problema, ya que las frutas y verduras ancestrales tenían una cantidad mucho mayor que las especies actuales. No era una desventaja, por lo menos hace miles de años. Hoy en día se sabe que bajo condiciones de estrés, los mamíferos y el hombre consumen parte de sus reservas de vitamina C. Pero los animales tienen una ventaja sobre los humanos, ellos compensan las pérdidas auto produciendo nuevamente vitamina C en sus organismos. Nosotros no.

Se ha comprobado que una cabra con estrés es capaz de producir hasta 15.000 mg de vitamina C. ¿Y de verdad nos recomiendan tomar al día 75mg?

Nosotros y la mayoría de médicos y nutricionistas actualizados, no le vemos ningún sentido. Y la ciencia nos da la razón.

La vitamina C es fundamental para la producción de células blancas y para la liberación de interferones que son sustancias producidas para protegerse del ataque de los virus.

La administración regular de vitamina C tiene un efecto moderado pero consistente para reducir la duración de los síntomas del resfriado común, según 31 comparaciones de estudios con 9.745 episodios de resfriado común. En cinco ensayos con 598 participantes expuestos a períodos cortos de estrés físico extremo (incluidos corredores de maratón y esquiadores), la vitamina C redujo a la mitad el riesgo de resfriado común (estudio). Un estudio aleatorizado y controlado, solo 200 mg/día de vitamina C administrada a los ancianos resultó en una mejoría de los síntomas respiratorios en los pacientes hospitalizados más gravemente enfermos. Y hubo un 80% menos de muertes en el grupo de vitamina C.

Consumir más vitamina C es especialmente importante para personas diabéticas ya que la absorción de esta vitamina, se reduce cuando los niveles de glucosa son altos en sangre. Las mujeres que están en periodo de lactancia también deberían consumir más cantidad de vitamina C, según el National Institute of Health.

¿Pero que más cosas resultan interesantes para ayudar a nuestro sistema inmune? Los frutos rojos, en particular el arándano y la frambuesa, tienen alto contenido de polifenoles que ayudan al sistema inmune a trabajar más eficientemente para proteger al cuerpo contra las infecciones virales (estudio).

También resulta beneficioso suplementar con inulina. Se trata de una fibra vegetal no digerible que llega hasta el colon. Es fermentada en el intestino grueso por la microflora bacteriana y genera ácido láctico y ácidos grasos de cadena corta. Estimula el crecimiento de bacterias buenas (que son fundamentales para mantener un sistema inmune fuerte) y reduce el las perjudiciales (estudio, estudio). Además lo ácidos grasos de cadena corta aumentan la absorción de magnesio y calcio (estudio).

Otro ingrediente recomendable es el jengibre. Tiene más de 400 compuestos con diversas propiedades y es un antiinflamatorio y antimicrobiano natural que ayuda a combatir enfermedades respiratorias.

Mantener una regularidad en el consumo de estos nutrientes y alimentos puede resultar difícil con el ritmo de vida actual y esto hace que no se consigan los efectos positivos de un consumo regular. Por eso te presentamos el nuevo NATURAL IMMUNITY de Baïa Food.

Nuestro Natural Immunity, te aporte el 3 en 1 de la naturaleza: vitamina C, antioxidantes y friba para tu microbiota.

Hemos juntado los siguiente ingredientes: Fibra vegetal*, frambuesa liofilizada en polvo*, extracto de acerola en polvo*, arándano liofilizado en polvo*, camu camu en polvo*, aroma natural y jengibre en polvo*.

Utilizamos vitamina C proveniente de frutas (extracto de acerola y camu camu) y no ácido ascórbico aislado ya que es más efectivo consumir vitaminas del alimento del que provienen que en su forma aislada, al existir otros factores y nutrientes que otorgan a las vitaminas sus propiedades beneficiosas, y que se pierden en el proceso de aislamiento.