Hoy vamos a hablar de la inflamación, el enemigo invisible de la salud y la belleza.
Nuestro sistema hormonal, las reacciones enzimáticas y respuestas fisiológicas se producen constantemente en nuestro cuerpo con mucha precisión. Nada ocurre porque sí. La inflamación es un claro ejemplo de reacción de nuestro sistema inmunológico, diseñada para que ocurra en casos excepcionales.
Cuando te das un golpe (herida) o haces ejercicio en exceso (agujetas) nuestro cuerpo utiliza las citoquinas, unas proteínas que regulan el mecanismo de la inflamación y que van directas al punto de dolor. Tus arterias se dilatan, la sangre se concentra en ese punto mientras tus glóbulos blancos trabajan para reparar el tejido dañado y prevenir infecciones. La fiebre y/o el dolor indican que estás en proceso de cura. Todo ello se llama inflamación aguda.
La contaminación ambiental, una dieta inadecuada, el estrés, la vida sedentaria, fumar y el consumo recurrente de alcohol dan pie a que se produzca en nuestro cuerpo inflamación crónica. Como respuesta a ello, nuestros glóbulos blancos reciben “la señal de alarma”. ¿Pero cuál es la diferencia? Que realmente no tienen nada que hacer a diferencia del caso de inflamación aguda. Y pueden generar respuestas autoinmunes que dañan a nuestras células. Todo ello puede dar lugar a un sinfín de enfermedades crónicas como diabetes, alzheimer, artritis, alergias, asma o depresión.
Necesitamos reconsiderar nuestros hábitos y darnos cuenta de la importancia de la alimentación para prevenir todo lo anterior.
¿Qué alimentos son los más inflamatorios y cuáles tendremos que evitar a toda costa?
- TODOS LOS FRITOS: patatas, rebozados, snacks procesados etc.
- ACEITES VEGETALES REFINADOS: de girasol, canola, cártamo, etc.
- LA BOLLERÍA INDUSTRIAL: las galletas, los croissants y demás alimentos de este tipo, por su alto contenido en grasas parcialmente hidrogenadas y aditivos.
- EL GLÚTEN Y LOS LACTEOS: para personas intolerantes o sensibles por lo que si te sientes pesado después de tomarlos te recomendamos hacerte un test de intolerancia alimentaria.
¿Qué podemos hacer para reducir la inflamación ocasionada por el ritmo de vida diario?
Sin duda, la dieta debe ser nuestro mejor aliado ya que juega un papel esencial.
- DESAYUNO: comienza con un buen vaso de agua tibia con limón. Cambia el café por té MATCHA ORGÁNICO, y opta por un buen smoothie de fruta y verdura al que te recomendamos añadir bayas de goji o raíz de MACA ORGÁNICA.
- COMIDAS Y CENAS: las ensaladas, verduras, legumbres y los cereales integrales (como la quinoa) son siempre una buena opción. Añade alimentos antiinflamatorios como lo son las semillas de cáñamo, que además te aportarán proteína altamente digerible, nueces, sésamo, almendras, cúrcuma, perejil, cilantro, granada y aliña con aceite de oliva virgen extra.
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ENTRE HORAS: ¡no te olvides de beber mucha agua y practicar ejercicio! Es muy importante mantenerse bien hidratado durante todo el día, y más aún después de hacer deporte.
- ANTES DE DORMIR: intenta hacer un mini “tech detox” desconectando del móvil, televisión y ordenador durante al menos 20 minutos. Los estiramientos de yoga y ejercicios de respiración son calmantes y reducen los niveles de cortisol, la hormona del estrés y por ende pro inflamatoria.
Hay que tomarse en serio nuestra salud e intentar incorporar hábitos que “desinflamen” nuestro cuerpo a diario. No solo reducirás la probabilidad de tener enfermedades crónicas, sino que te notarás menos hinchado, con mejores digestiones, con una piel más uniforme y unos niveles de energía mucho más elevados.
¡A por ello!
Alicia Lamothe ( Health Coach )
