Sí, todos estamos deseando que llegue el buen tiempo, que haya más sol, que los días sean más largos, disfrutar con los amigos en las terrazas...
Además de todo lo anterior, el equinoccio de primavera tiene otra cara oculta. Se llama astenia.
Puede que no sepas de qué hablamos. No es muy conocida porque, en la comunidad científica, hay mucho debate en torno a su existencia, ya que no se considera una enfermedad, si no más bien un trastorno adaptativo. Como no hay enfermedad, no hay tratamiento, ni farmacológico ni psicoterapéutico.
Sin embargo, los síntomas se repiten, numerosos y pueden durar hasta dos semanas. Se trata de sensación de fatiga, falta de energía, dificultades para conciliar el sueño o la pérdida de apetito.
¿Por qué se produce y cómo evitarlos? Sigue leyendo.